Definiendo a la Realidad: ¿Una Construcción o un Hecho?
Definiendo a la Realidad: ¿Una Construcción o un Hecho?
Explorando las perspectivas filosóficas y científicas sobre la naturaleza de lo real
El ser humano,
por naturaleza, es un ser curioso. Desde tiempos remotos, ha intentado
comprender su entorno y conocer la realidad que lo rodea. Esta curiosidad
innata lo ha impulsado a cuestionar todo lo que percibe, así como la veracidad
de la realidad de su entorno. Sin embargo, antes de adentrarnos en este
cuestionamiento, surge una pregunta fundamental para poder llegar al conocimiento
de esta: ¿Qué es la realidad? Esta interrogante ha sido objeto de debate y
reflexión desde el inicio de nuestra historia, siendo abordada por filósofos
como Platón, quien hablaba sobre una realidad diferenciada entre el mundo
sensible, el cual podía accederse a través de los sentidos, y el mundo de las
Ideas, que representaba una realidad eterna e inmutable, ya que el mundo físico
constituía una copia imperfecta de esa realidad superior. Esta teoría hace
referencia a la diferencia entre lo que percibimos y lo que verdaderamente es.
Años más
tarde, René Descartes introduciría la duda radical sobre la certeza del mundo
que nos rodea, cuestionando si es posible afirmar la existencia del mundo
exterior más allá de la mente humana. Según Descartes, todo conocimiento
depende de la certeza del sujeto pensante, y esta duda se expresa en su famosa
frase "Cogito, ergo sum" ("Pienso, luego existo") en su
obra “Meditaciones metafísicas”, que sostiene que la única certeza que tiene el
individuo es la de su propia existencia, ya que la existencia del mundo externo
es imposible de asegurar sin antes haber probado la existencia del propio
sujeto pensante. Solo a través de la duda radical y la afirmación de su propia
existencia como ser pensante el ser humano puede comenzar a construir una base
para conocer la realidad.
Filósofos
como Immanuel Kant, entre otros, han abordado este concepto desde perspectivas
que varían desde lo matemático hasta lo metafísico determinando que la realidad
es incognoscible en su totalidad, aunque no podemos acceder a los fenómenos que
la constituyen, lo que él denominó la "cosa en sí" denominada como la
esencia última de la realidad, la confirmación que existe algo fuera de
nosotros, aunque su verdadera naturaleza se nos escapa, por lo que la
distinción entre lo que es real y lo que es aparente sigue siendo una cuestión
crucial, ya que nuestra capacidad para conocer la realidad se ve limitada tanto
por las capacidades de nuestros sentidos como por los marcos conceptuales que
empleamos.
George Berkeley
determina que la realidad no existe independientemente de la mente, ya que los
objetos solo tienen existencia cuando son percibidos por una mente consciente,
donde la realidad, lejos de ser una estructura externa e independiente de nosotros,
es esencialmente dependiente de la percepción humana. En este contexto, la
realidad no es un conjunto de hechos objetivos, sino una construcción que
depende de la interacción entre la mente y el mundo.
La
concepción clásica de la realidad sostenía que ésta era completamente objetiva,
ajustada únicamente a lo que nuestros sentidos percibían. En este enfoque, la
realidad se entendía como un reflejo fiel de lo externo, único e inmutable. El
sujeto desempeñaba un rol pasivo, recibiendo la realidad tal como era, sin
alteraciones personales. Además, se consideraba que esta realidad era
compartida por todos los individuos, y su percepción de los objetos del mundo
no se veía influenciada por su conciencia. De este modo, la relación entre el
sujeto y el objeto era unidireccional, sin una influencia significativa del
sujeto en la construcción de la realidad.
Con el
paso de los siglos y con el avance de las ciencias físicas, como la
introducción de teorías de la relatividad y mecánica cuántica, cuestionaron
esta visión tradicional de la realidad desafiado la noción de anteriormente
concebida, mediante la importancia del observador en la concepción
espacio-tiempo, en la alteración y creación de la realidad, el descubrimiento
de la dualidad onda-partícula de la luz, la eliminación del principio de
causalidad y la introducción de conceptos como los principios de exclusión y
complementariedad, esta idea ha sido replanteada y transformada de manera
profunda.
La mecánica
cuántica, partículas elementales, los campos cuánticos y las propiedades del
espacio-tiempo curvo nos han mostrado que la realidad no es una simple estructura
fija, sino que esta es influenciada por la observación y la interpretación del sujeto
observador. La física moderna con sus teorías ha dejado claro que la realidad
es dinámica y que no solo depende del mundo exterior, sino también de la
interacción entre el sujeto y ese mundo.
Gracias a las diferentes perspectivas dadas de la ciencia existen diversas maneras de como definir a la realidad, la más aceptada es que ella es una construcción, una perspectiva que se forma a través de una constante interacción entre el sujeto y los objetos del entorno. Aun no se ha encontrado una respuesta precisa a "¿Qué es la realidad?" ya que no podemos comprobar ni asegurar que la constituye existiendo tantas teorías y percepciones que la rodean. Algunas de ellas afirman que la realidad se reduce a una estructura matemática o física, desde las partículas subatómicas en movimiento hasta las teorías del multiverso y la teoría de cuerdas. Otros puntos de vista sugieren que la realidad es una construcción social, neurofisiológica o incluso una simulación como hemos podido observar en la película “Matrix”. También existen posturas más radicales sobre la realidad, como el solipsismo, que sostiene que la realidad, tal como la conocemos, no existe fuera de nuestra mente.
Tratando
de conceptualizar al termino “realidad” el diccionario de filosofía Herder determina
que etimológicamente la palabra "realidad" proviene del latín res,
que significa cosa u objeto. Definida de esta manera, la realidad es aquello
que "es" o "existe" de manera actual y objetiva, en
contraposición a lo que es una ilusión entendida como apariencia o ficción.
Esta definición nos da la impresión de que lo real es algo objetivo, tangible y
medible, más acorde a una visión científica. Mientras que coloquialmente
solemos entender la realidad como aquello que pertenece al mundo en que
vivimos, lo que podemos percibir con nuestros sentidos y experimentar en este
espacio-tiempo.
No obstante,
la línea que diferencia lo real de lo que parece formas tarde de esta es difusa,
encontrándonos con un dilema primordial: la oposición entre realidad y apariencia.
Por ello es importante determinar que la realidad es aquello que se nos
presenta de manera directa, existe en nuestro entorno de manera objetiva y
podemos percibirla; en cambio, la ilusión es lo que, aunque se presenta ante
nosotros, no posee una existencia objetiva y, por lo tanto, no es real.
La naturaleza de la realidad ha sido uno de los temas más complejos y debatidos en la historia del pensamiento humano. Desde Platón hasta los avances en la física moderna, los filósofos y científicos han ofrecido diversas explicaciones sobre qué constituye lo real. La cuestión fundamental sigue siendo cómo podemos definir la realidad y si realmente existe algo objetivo fuera de nuestra percepción.
La concepción de la realidad no es una cuestión clara ni estática. Mientras que algunas teorías sostienen que la realidad es una construcción dependiente de la mente, otras afirman que es una estructura objetiva que se puede conocer a través de los sentidos o mediante principios matemáticos y físicos. Además, la influencia de la observación en la física cuántica ha cuestionado profundamente nuestra visión tradicional de la realidad como algo fijo y separado de nosotros.
A pesar de los avances y las teorías que han ido surgiendo, aún no existe una respuesta definitiva a la pregunta "¿Qué es la realidad?". Sin embargo, lo que está claro es que nuestra percepción del mundo es un proceso dinámico e interactivo entre el sujeto y el entorno. La realidad no es un concepto absoluto y universalmente definido, sino una experiencia construida a través de múltiples perspectivas que interactúan constantemente.
Así, aunque no podamos llegar a una respuesta definitiva, el esfuerzo por comprender la realidad continúa siendo un motor de la curiosidad humana, invitándonos a explorar nuevas formas de entender lo que nos rodea y nuestro lugar en el vasto universo.
Referencias Bibliográficas:
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